Amantes de la tinta, aprovecho que hoy se celebra el día del Orgullo Friki para utilizar este término como algo positivo, no como esa palabra que, a menudo de forma despectiva, utilizamos para definir a personas de carácter o manera de vida diferente.
Voy a buscar el sentido real, el valor emocional. Para mí, el carácter friki se refiere a alguien que dedica su tiempo e incluso su vida a su gran pasión. A menudo se hace de forma tan intensa que puede resultar ser extremadamente incontrolada.
El amante de viajes increíbles, el loco de la moda histriónica y el "tarado" de la música estrambótica con pierciengs en lugares escondidos. Aquel obsesivo coleccionista de cosas impensables o el que decora su casa con muebles que recoge en la basura.
Pues bien, desde hace unos días yo puedo compartir con vosotros, y gracias a “Un bicho llamado Roc” una de mis pasiones: la escritura… una escritura acompañada con ilustraciones realizadas con muchísima ilusión, para haceros llegar a tod@s mi cuento tal y como lo he imaginado y creado y para poder transmitir mi historia tal y como es…
Y para conseguir este sueño me ha ayudado una de mis otras pasiones, mi profesión. Ser maestra y orientadora. Una labor que me hace vivir de forma muy intensa mi presente, sentir cada día de manera diferente, enseñar, pero sobre todo aprender de mis "pequeños genios" ( o "little crazies" como les llamo yo). Me hace tener, pese a las dificultades y ahogos por el camino, ganas de seguir dedicándome a ello, dejándome llevar por el entusiasmo de mis alumnos y saboreando cada abrazo, caricia y dulzura que me regalan. Un trabajo que a veces pasa a ser mi hobby gracias también a compañeros que han conseguido traspasar los límites llegando a ser amigos que habitan en una gran parte de mi y que, sin ellos, mi mundo estaría incompleto.
Pasión por llegar a lo alto de la cima y gritar, sentir que estoy sola y el mundo está a mis pies. Que todo esfuerzo vale la pena cuando ves ese hermoso paisaje que sólo la naturaleza te puede regalar. Imágenes que quedan grabadas en tu retina por y para siempre.
Pasión por volar, por pilotar un avión, por ir a la otra punta del mundo, a ser posible acompañada de la persona que te hace sentir especial cada día.
Pasiones y sueños van de la mano...
Pero como no puede ser de otra manera, mi enorme pasión son mis hijos, mis tres hijos a los que, pese a darlo todo fuera de casa y a vivir al máximo cada minuto que sabes que no volverá a pasar, me reciben entusiasmados siempre, con el amor que sólo ellos podrán darme, el amor verdadero, el que siempre luchará por seguir vivo y por los que doy mi vida sin pensarlo.
Si hacer las cosas con pasión es ser un friki, me considero una friki de mi vida y de mis sueños, y cuando mis ojos se cierren para la eternidad habrá una friki más habitando la inmensidad del cielo.
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